domingo, 15 de febrero de 2015

Estoy hecho...

Estoy hecho como las casas de mi pueblo: de tierra y paja,
adobes secados al sol, si me deterioro con un enjarre tengo,
un enjarre que tape los nidos de las arañas y una blanqueada con agua con cal
que refresque y desinfecte el cuarto donde sueño y guardo mis tesoros
que son sólo recuerdos y escritos llenos de locuras,
ese cuarto es mi corazón.
Mi esqueleto -ya lo he dicho- es de mezquite
y mi piel está curtida por el ardiente sol,
los años enriquecen mi vivir, ya llegará el día en que todo sea luz
y llegará como un tranquilo sueño, que no es otra cosa que morir.
Discretamente me preguntan que si tengo miedo
y, sinceramente, digo que no,
sería imbécil no aceptar lo inexorable,
al contrario, tengo la curiosa sinceridad de la dicha
de, por fin, conocer la Verdad.

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Quien diga que no vale la pena vivir
lo mejor que puede hacer es morir.
Vivir es ser el protagonista de un guion
escrito por algo que llaman destino
-en el cual no creo-
cada quien hacemos nuestro camino.
No obramos de acuerdo a un libreto,
nosotros escribimos y actuamos
nuestros propios actos...
a veces alguien interfiere,
pero es nuestra decisión permitirlo,
alejarlo, olvidarlo o ignorarlo;
si nos equivocamos buscaremos un culpable,
así ha sido siempre.
Si lo negamos es un autoengaño,
es una satisfacción si lo logramos;
siempre tendremos a quien culpar
de nuestro propio daño.
Vivir es la más maravillosa aventura
con un capítulo que comienza cada día
con momentos de tristeza, ira,
dolor, amor, decepción o melancolía.
Nada m´s los valientes enfrentan el vivir
siguiendo el libreto que decidimos escribir.

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viernes, 13 de febrero de 2015

Las palabras están compuestas -aparte de letras y sílabas- por un morfema y un lexema; el morfema es la parte inicial y, en este caso, muy breve, simplemente AM y esas dos letras forman el significado más hermoso: nos da gusto cuando al otro le va bien; incluso nos da gusto cuando hay otros que lo amen; nos da gusto su bienestar y es el que llega cuando todos se han ido: EL AM-IGO.

Por eso, en este día, pido a Dios porque todos mis AMigos (incluyen a las AMigas) los colme de bendiciones y les doy las más cordiales gracias por enriquecer mi vida.

14 de febrero de 2015

martes, 3 de febrero de 2015

En estos días grises y con lluvia y el frío cala muy hondo, escucho música, aquella que hace que mi corazón sea cálido. Nunca he viajado por placer, pero al escuchar aquellas viejas melodías mi memoria camina, no por los Campos Elíseos o Montmartre, sino por aquel desaparecido camino bordeado de pinabetes allá en mi pueblo o caminar alrededor de la Plaza de Armas oyendo canciones que acariciaban mis fantasías de niño y luego adolescente, pero...¿a quién le importan los recuerdos de un viejo? probablemente a otro igual que yo... Fondos musicales de aquellas películas que aún están vívidas en mi alma: Casablanca... Cantando bajo la lluvia... Lily... Angustia de un querer... En un lugar de verano... y tantas y tantas que me hicieron vivir mis secretos sueños, ahora, cuando el camino ha sido recorrido, vuelve la sangre a correr con fuerza y el corazón a palpitar de emoción y a rodar lágrimas, no de dolor, sino de nostalgia y todo por "A través de los años", "La vida en rosa", "El amor es una cosa esplendorosa", "C'est si bon", es muy larga la lista, cierro los ojos y los años desaparecen, los suspiros regresan, sonrío y me pregunto: ¿He viajado? ¡Sí! Mucho y me lo demuestran las notas de cristal de un piano, o el susurro melancólico del acordeón o la alegría de Glenn Miller, el romanticismo de Lara, Curiel, Alcaraz... y tantos y tantos; escucho la inolvidable voz de aquel sencillo, pero gran artista que a donde quiera que fue, siempre mencionó orgulloso a su pueblo, y ese fue Salvador García Gallardo, la Hermanas Hernández. Ah, qué hermoso fue mi viaje de niño a joven por esa ciudad que aún llena mi corazón y que algunos sonreirán burlones... allá ellos, pero yo simplemente suspiro y pienso: "Qué hermoso era mi pueblo San Pedro de las Colonias... una gran familia a la cual recuerdo con muchísimo amor. (Perdón pido a quienes no vivieron cuando aún había muchos árboles en las calles o que viven en otra parte, pero si aman a su ciudad natal como yo, sé que seré perdonado por estas líneas.