Mis sueños... 30-I-18 Luis Azpe Pico.

Mis sueños han sido solamente eso: sueños,
hojas que el vendaval arrancó del árbol de mi vida.
Fueron las ilusiones el traje de gala de mi vida.
La realidad es tan vana que no vale el esfuerzo por vivirla mentiras, vanidades...
Existencias como cajas de regalo: ostentosamente envueltas, pero vacías.
Mis sueños, mis ilusiones fueron realidades en la intimidad de mi alma.

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Me gusta la música... 29-I-18 Luis Azpe Pico.

Me gusta la música,
esas melodías suaves
que el piano y los violines
interpretan de manera hermosa;
esa música que tiene tu forma,
tu imagen,
música que te representa
como eres y como te amo.
Esa es la manera en que te tengo,
la única forna en que eres mía
y yo soy de ti.
Algún día, tú y yo
la interpretaremos a plenitud


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Reptan saltan vuelan... 28-I-18 Luis Azpe Pico.

Reptan, saltan, vuelan, se esconden
bajo las piedras, entre las ramas, entre las nubes.
Las palabras me evaden.
Les grito en la soledad,
en el páramo de mi cerebro,
pero no me escuchan,
entonces...
¿cómo decir lo que por ti siento?
Déjame verte y, tal vez,
puedas leer lo que mi alma por ti siente:
¡Te amo!

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La existencia se ha idi quedando... 27-I-18 Luis Azpe Pico.

La existencia se ha ido quedando,
hecha jirones,
en las espinas.
El trayecto ha sido arduo, largo,
ni siquiera veredas,
ha sido un caminar sin rumbo.
Quise ser sembrador
y la alforja de las semillas
se rompió entre las zarzas.
Llego al final de mi camino sin un fruto,
sólo brotó una flor
y es suficiente para decirme
que han valido la pena las heridas.


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Los gusanos de las horas.... 26-I-18 Luis Azpe Pico.

Los gusanos de las horas
devoran mi existencia.
Cada día que vivo, es un día menos que vivo,
así ha sido desde el comienzo:
nacer para morir.
Hay que vivir intensamente
día a día; minuto a minuto,
para poder decir
-paradójicamente,
que ha valido la pena vivir.


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Muerte... 25-I-18 Luis Azpe Pico.

No me busques aún,
aun cuando a veces te he deseado.
Te has acercado mucho,
pero te he esquivado
a pesar de haberte buscado.
Ya llegará el día,
que, aunque yo no quiera,
cumplirás con tu misión
y me iré contigo...
pero todavía no,
espera que te acompañe cin gusto,
con la curiosidad que tienen los sabios...
no soy sabio, así, pues, espera.

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Buscando una fuente... 24-I-18 Luis Azpe Pico.

Buscando una fuente
donde refrescar el alma
hice un cuenco con mis manos
para dar un sorbo
en el lago de mis recuerdos
y el agua estaba amarga,
con esa amargura que quita la sed
y permite conocer
la dulzura de otras aguas.


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Por qué tenes decir lo que sientes? 22-I-18 Luis Azpe Pico.

Por que temes decir lo que sientes?

Tenes perder pudor, dignidad, feminidad?

¿No eres tú la causa de mis anhelos?

Yo, humuldemente te confieso

que eres la causa de mis desvelos,

de mis sueños, 

de mis frustrados empeños

por llegar a ti.

¿Por qué ocultas lo que quieres?

Eres tú la fuente de la vida

que sólo en la máxima medida

del amor y la pasión lograrlo puedes.

¡No! No calles lo que tu cuerpo grita,

no niegues la naturaleza de tu ser;

date cuenta que Dios te bendijo

con la dicha de ser ¡Mujer!

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Caminé arrastando una cadena... 22-I-18 Luis Azpe Pico.

Caminé arrastrando una cadena

que ataba el logro de mis sueños...

Perdido entre la bruma espesa

de charcas de inmundicia llenas

con el alma empobrecida y presa

de lóbregos fantasmas plena.

La muerte fue mi compañera

que paciente esperaba mi caída

y también le fallé en la postrera

agonía que acabara con mi vida.

Una luz brilló en el horizonte

de un futuro que creí perdido,

una luz de pureza incomparable

que dio vida a mi espíritu vencido,

y con un esfuerzo sobrehumano

me así a la poca vida que tenía

y salí poco a poco del pantano

donde caí por mi tonta cobardía.

Esa luz que iluminó mi locura

la puso Dios para mi bien un día,

esa luz llena de amor y de ternura

son tus lindos ojos ¡hija mía!

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No puedo negar lo que soy... 20-!-18 Luis Azpe Pico.

No puedo negar lo que soy,
seco como la tierra mía,
soy como la flora de mi cuna,
aparentemente seca y espiosa
pero bastan unas gotas
para que en el alma brote una rosa.

Soy de aquí
donde el maguey se roba el sol
para que de su corazón destilado
mane el jugo azucarado
done nace el estimulante sotol.

No sé de playas ni de puertos,
sólo conozco la belleza
de los cielos su pureza
que cubre a mi desierto.

Ser de San Pedro es mi orgullo
 y ahí quiero terminar,
donde aprendí a ser suyo
y, lo más hermoso,
aprendí a todo amar.

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Nuestro encuentro fue fortuito... 20-!-18 Luis Azpe Pico.

Nuestro encuentro fue fortuito
nuestras miradas se cruzaron
y eso bastó.

Fueron años gloriosos
lo que nuestro amor duró
y no recuerdo por qué se acabó.


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"Las veredas quitarán..." XII ( (ültimo de este cuadernillo) 19-I-18 Luis Azpe Pico.

No eras aún ciudad, mi pueblo amado, y ya tenías tus hermosos y sólidos palacios.

La cantera y el ladrillo cobraron formas elegantes y señoriales y la distinción de los pocos habitantes es reconocida y admirada por extraños.

Fue aquí, en ese entonces pequeño poblado, donde surgen las ideas por un gobierno democrático y quedaron impresas en "La Sucesión Presidencial" suscrita por el Apóstol de la Democracia... una revoluvión que aún no termina porque los ideales aquí nacidos nunca se llevaron a cabo... Es curioso notar cómo las palabras revolución y democracia tienen la misma cantidad de letras.

De aquí ha emigrado gente que te ha honrado, que se han distinguido en la ciencia, en el arte, en las humanidades y los que se han quedado siguen el ejemplo como lo han hecho siempre: sin bombos ni platillos, los que se han ido jamás han negado su cuna y con orgullo pregonan que son de San Pedro de las Colonias, Coahuila.

Nuestra histórica plaza de armas debería engalanarse, para ejemplo de las nuevas generaciones, con los homenajes que se les han negado a quienes han puesto tan alto tu nombre en todo el mundo.

Qué triste hacer realidad el viejo refrán "Nadie es profeta en su tierra".


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"Las veredas quitarán..." XI 19-!-18 Luis Azpe Pico.

En la banca de piedra, bajo la fronda de los vetustos árboles, mirando haciael kiosko donde juegan unos niños los viejos sonríen con ternura recordando cuando ellos, a su vez, también jugaron en él.

Las parejas de enamorados los ignoran, para ellos son como fantasmas, pero para los viejos son imágenes de su propia juventud.

Semiran entre sí y se guiñan, pícaros, un ojo y sonríen comprensivos.

Los vo y qué gusto me da que me reconozcan. Nos estrechamos efusivamente las manos y me hacen un lugar para charlar un rato... ¡cómo los envidio! pero el destino nos hizosalir en busca de otros horizontes y ahora me pregunto ¿para qué? Aquí pude haber hecho lo que hice en otra parte y no me sentiría nostálgico de mi terruño.

Aquí siguen viejos amigos -ahora amigos viejos- y recordamos y nos reímos, pero jamás lloramos... no ahora. Uno de ellos pregunta:
-Alguno de ustedes se acuerda cuando elevaron a San Pedro al rango de ciudad?
-¡Np! -contestamos a coro. Luego comenta tranquilo:
-Bueno, entonces no estamos tan viejos.

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"Las veredas quitarán..." X 17-I-18 Luis Azpe Pico.

Los viejos tenemos prohibido hablar de amor ante los jóvenes para evitar sus miradas burlonas.
Los comprendo, cuando tuve su edad también pensé que los viejos ya no amaban, que sólo veían pasar la vida esperando el final. ¡Qué equivocado estaba!
 Tan equivocado como están los jóvenes. No saben que porque el volcán no hace erupción, no por eso está apagado; en su entraña bulle la roca derretida por el intenso calor que todavía genera.
El amor de los viejos no tiene la impetuosidad de la tormenta, sino la caricia de suave lluvia en una tarde de verano o el calor del hogar en el invierno.
Los viejos debemos ser discretos, por eso sólo sonreímos ante las miradas de los jóvenes sin que ellos sepan que "cuando ellos vano, nosotros ya venimos de regreso"
El amor es como la fruta, cuando aún no madura es un tanto amarga, ácida, pero cuando madura, cuando está en plenitud, su néctar es más dulce y la mordida más suave, no daña, saatisface.
Ven, dame tu mano. Dejemos a los jóvenes con su burla y aquí, a  solas, démonos el cálido beso del reencuentro, ese beso que encierra toda la ternura y sinceridad que nos da la edad.


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"Las veredas quitarán..." IX 16-I-18 Luis Azpe Pico.

ada vez que vuelvo a mi pueblo cada calle es un recuerdo.
¡Cuántas veces caminé para la escuela! cada puerta, cada ventana; camino interminable a la salida regresando de rodillas por jugar a las canicas o a los "arrendones" con el trompo.
Cambié el "bolsillo" por la máquina de escribir y a caminar hacia la escuela con la angustia en el corazón porque no sabía bien la conjugación.
Luego a la secundaria, ya con la gramática aprendida, lo mismo que la taquigrafía y la mecanografía y gracias a ello muchas veces gané para ir a la "tanda" en el cine Obrero o el Plaza.
Cuánto recuerdo encierran las calles de mi pueblo, esas mansiones señoriales baluarte de un origen prodigioso y que aún se mantienen incólumes gracias a quienes las compraron, sólo la que es "propiedad del pueblo" está en peligro de extinción. El alcalde que la restaure pasará a formar parte de la historia de mi pueblo.
Cada calle un recuerdo...
Rumbos furtivos para tomar la copa; otros que se hacían eternos para llegar a la cita de la primera ilusión y al final la calle por donde dejé a mi pueblo... ¿dejé? ¡Imposible! lo he traído siempre en el corazón y un día quedaré para siempre cuando me lleven al panteón.

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"Las veredas quitarán..." VIII 15-I-18 Luis Azpe Pico.

Así como los jóvenes se desesperan porque no les llega pronto el futuro, así los viejos nos aferramos a los recuerdos.
Vienen las tertulias de los sobrevivientes,  nos reímos de lo que en su momento tanta tristeza, ira, angustia nos causó.
Eso tiene de bueno el tiempo, todo lo minimiza.
El pasado queda en la memoria como frutas en conserva en almíbar, ese jugo que se endulza con el azúcar de la experiencia.
Varios siglos suman las edades de los que amenamente charlamos.
Así es como debe envejecerse: riendo.
Dejemos la esperanza para los niños, la fortaleza para los maduros y la alegría para los viejos.



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"Las veredas quitarán..." VIII 14-I-18 Luis Azpe Pico.

Meto mi memoria en el tiempo y los años escurren como agua entre los dedos.
Cada gota un recuerdo, algo que en su momento tuvo la importancia de ser vivido.
La memoria, como el agua, se evapora lentamente, pero deja su huella en las informes manchas que dejaron su impronta de recuerdos.
No puedo creer que haya vivido todo lo que recuerdo, es mucho y a la vez insuficiente.
Fue una vida como la de la mayoría, en mi caso, nada de ser tan importante.
No hice nada, pero mi vida no ha sido monótona, nunca he tenido tiempo para aburrirme, no conozco el tedio, pero sí la melancolía en la intimidad de mi cuarto.
Fui dejando mi vida hecha jirones entre los espinos de esos caminos que yo escogí.

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"Las veredas borrarán..." VII 13-I-18 Luis Azpe Pico.

No sé escribir ¿por qué lo hago
La respuesta es sencilla: porque me gusta.
Nadie está obligado a leer, ni siquiera tengo la pretensión de la trascendencia, eso es vanidad. Estoy viejo para ser vanidoso, tengo la sinceridad del cruel espejo.
He leído algo en el transcurso de mi vida y admiro a quienes entiendo, aquellos que me presentan sus sentimientos, sus ideas, sus críticas, en un lenguaje que está al alcance de mis limitaciones.
Me gusta mucho la forma de las letras, el significado de las palabras -encierran tanto- algunas cuentan una narración en una sola palabra, como historia o experiencia. Otras connotan nostalgia, añoranza, como viaje, recuerdo...; cada palabra encierra, no sólo una idea, sino todo un juicio.
Las palabras tienen vida y dan vida, son significantes; nada existe si no tiene nombre.

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"Las veredas quitarán..." VII 12-I-18 Luis Azpe Pico.

Soy un simple gambusino de la palabra, esa pepita de letras que signifique plenamente lo que siento y no la encuentro.
Escudriño en las oquedades del alma y sólo hallo piedras sin valor, terrones que se deshacen a la más pequeña presión.
A he recorrido las montañas de la vida tratando inútilmente de encontrar la veta de palabras precisas, exactas, musicales y el esfuerzo ha sido vano.
Mi alforja está vacía, en los arroyos he sacado mi cedazo para encontrar sólo guijarros, algunos hermosos, pero son sólo guijarros.
He cavado miles de túneles con estériles resultados, pero voy a continuar, no vale la pena detenerme cuando estoy al final; seguiré cavando, hurgando, guiado por la única joya que he tenido: la esperanza.


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Las veredas quitarán..." VI 11-I-18

Nada más frágil que el silencio, un susurro, un suspiro, un sollozo lo rompe.
En la noche el silencio no existe, el ruido se esconde en las alcobas y en casas escondidas.
Es el silencio el cómplice de las traiciones, de las confabulaciones, de todos los secretos.
El silencio es solitario, sólo acompaña a uno a la vez, con más de uno el silencio huye.
Ni los amantes están en silencio cuando se aman en la penumbra de la alcoba.
El silencio llega cuando no se le llama, si le hablas escapa, se va herido de muerte.
Para gozar del silencio hay que callar, dejar de respirar, que el corazón deje de palpitar, sólo así conoceremos el silencio.
Llamamos silencio al susurro del viento, al chasquido de un beso, al suspiro por una caricia, al sonido del papel al darle vuelta a la hoja, a eso le llamamos silencio y es la más hermosa sinfonía para el alma.

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Las Veredas Quitarán.... (V) Luis Azpe Pico 10-V-18

No sé quién trajo una maceta a mi casa. No hice caso ni le di importancia, pero -cosa rara- llovió y a los pocos días unos brotes comenzaron a surgir de la tierra de la maceta, así que la regué al día siguiente.
La plantita creció con las esmeraldas de sus hojas y luego la maravilla ¡una flor!... y otra... y otra y una más. Son flores pequeñitas, pero como todas las flores, muy hermosas.
Vi sonriente cómo habín brotado aquellas flores, no sé quién las  sembró, probablemente venían en la tierra con que llenaron la maceta.
Qué hermoso es asomarme por la ventana y ver en el pequeño patio de mi casa aquel recipiente de barro cubierto de hermosísimas flores y me quedo contemplándolas con verdadero deleite.
Me acerco para verlas mejor, para observarlas detenidamente y me asombro con la maravilla de aquellas florecitas.
Un día vino una señora que sabe de jardinería, fui por mi maceta y se la enseñé orgulloso.
-Mire qué belleza! -excalmé mostrándole las flores.
-De veras que son hermosas -dijo pasando delicadamente sus yemas sobre los pétalos.
-¿Sabe cómo se llaman? -pregubté interesado. Ella sonrió,asintió con un leve movimiento de cabeza y dijo:
-Son pensamientos.

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"Las veredas quitarán..." (IV) 9-I-17 Luis Azpe Pico.

Vuela el pensamiento y va dejando su huella en el cielo de papel.
Mi memoria se llena de imágenes que han sido recogidas en el largo trayecto del camino.
Necesito sincronizar el recuerdo y poner en orden las imágenes que se atropellan en confusa batahola.
Un chiquillo de cinco años hojea un regalo de cumpleaños "Los cuentos de Andersen" y la infancia transforma en realidad la fantasía y la locura principia.
El tiempo continúa al igual que la locura y la imaginación le da forma a los nombres: Grim, Perrault, Verne, Salgari, LeBlanc, Doyle, Wilde, Calderón, Alarcón, Bécquer, Machado (...) Ingenieros, Borges, Fuentes, Paz, Neruda y más y más y la locura también más y más.
Voy a juntar mis libros, los amontonaré en un lugar de mi desierto, los incendiaré y me arrojaré a la pira para consumirme con ellos y me convertiré en cenizas y humo y subiré hasta esfumarme sin dejar rastro.


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"Las veredas quitarán,,," (III) 8-XV-18 Luis Azpe Pico.

He viajado poco, Mi vida ha transcurrido en esta árida región,
He visto los vestigios de otras épocas, los "cascos" de las "casa grande", donde vivía "el patrón" que cuidaba y administraba miles de hectáreas con una devoción de monje,
Ahora veo los páramos que administró el gobierno y las ex-haciendas están vacías de hombres.
Es cierto, el campó murió y la ciudad creció hasta alcanzar la insatisfacción de sus necesidades.
Aquellos chiquillos, ahora convertidos en hombres de toda clase: excelentes, buenos, y malos; cada uno hahecho de su vida lo que quiso o lo que pudo.
He subido a mis verros para ver el paisaje y la cima me envolvió en su vértigo y quise volar, pero -obvio- y caí al abismo más profundo y fui un alma en pena que se hundió en el fango putrefacto.
También caminé por hermosos jardines y corte las más bellas flores que me embriagaron con su perfume.
Nunca he viajado más allá de los límites de mi imaginación. Soy tan sólo un paria que se perdió buscando lo que siempre tuvo.


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"LAS VEREDAS QUITARÁ,,," (II) 7-I-18 Luis Azpe Pico.

MIS PRIMEROS MESTROS.
2 de septiembre de 1944, nervioso, acompañado por mi hermano Carlos llegué al edificio de mi primera escuela: "Centenario". Llegó también Servando Gutiérrez llevando a su hermano Horacio, que fue mi compañero de pupitre en el primer grado con la Srita, Consuelo Trujillo, dulce como un algodón de azúcar.
En segundo tuve a la Señorita Ciria Betancourt para aprender los principios de la ortografía. En tercero, mi primer amor, la señorita María Castillo, esbelta, blanca, vestida de negro (estaba de luto); en cuarto al bohemio profesor Andrés Gallegos, donde aprendí lo que era una célula, la germinación, la geografía de mi país. Luego el entrañablr profesor José María (Chemia) Sifuentes Ruiz, tuve la suerte de que fuera mi profesor en V y VI, pues habían cambiado al titular de sexto y a la vez director, al profesor Durán y puedo decir que no tuve profesores, tuve MAESTROS -que no es lo mismo-. Y qué decir de Doña Leonor Reyes Saucedo con ellaaprendí lo que es una fperrea disciplina, ¡qué de coscorrones! pero, eso sí, siempre me habló en diminutivo: ¡Cállate, Azpito! y ¡tómala, el tremendo coscorrón!
Qué hermosa educación, luego la secundaria en la Ladisla Covantes: el profesor Gaytán, Don Jesús Fraustro y su esposa Celia, la señorita Felícitas Martínez; la señorita María Calderón, la "miss" Esther; el Dr. monsieur Robles, todos ellos, fueron los cimientos de miles que forjaron caracteres y voluntades y que tuvimos el honor de haber sido sus alumnos

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Las veredas quitarán..." 2006 Luis Azpe Pico.

ALGUNOS PERSONAJES.

Como parte de mi gran familia en la que nací, en ese entrañable pueblo de SAN PEDRO, pasan por mi memoria infinidad de personas (personajes) que dejaron honda huella de ejemplo de trabajo y responsabilidad, gente sencilla sin ostentosos títulos universitarios, sino el galardón del trabajo arduo, de la responsabilidad para con la familia y los demás, mencionaros a todos sería para llenar un voluminoso libro, pero aquellos que alegraron mi niñez no puedo dejar de mencionarlos: Don Dantos consus exquisitas y refrescantes aguas.
Nuna he saboreado paletas más sabrosas que las del inolvidable Jerónimo.
Doña Reyitos, aquella ancianita que nos vendía golosinas en "La Centenario", los deliciosos dulces de leche untados en una pieza de pan 'francés'.
Don Juan, a veinte centavos la hora de renta de sus bicicletas -lo mismo que Genaro- y a pedalear por las polvosas calles de mi pueblo amado.
Don Cruz Franco y su amena plática en la Plaza de Armas.
Las inolvidables funciones de cine en "El Plaza" o en "El Obrero", grabadas están en mi memoria las aventuras de "Flash Gordon", el incipiente "Supermán" y "Batman"; "La sombra vengadora", "El Capitán América", "El Fantasma" y... tantas y tantas que inundaron mi infantil pensamiento de hermosas fantasías...

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Olvido... 6-I-18 Luis Azpe Pico.

Olvido,
cenizas de memoria;
el tiempo,
brisa que las barre
y lo que fue nunca existió.

Eternidad,
sueño de locos... como yo;
vida, muerte
realidad que se esconde
bajo las secas
de las horas.


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Solo, como una raza vacía... 5-I-18 Luis Azpe Pico.

Solo como una taza vacía;
triste como el quejido de un escalón
que nadie pisa;
sombras que nadie proyecta.

Aleteo suave,
brisa tras la tormenta.

En la lejanía
la línea del horizonte,
un insecto zumba
alrededor de una flor marchita
y nada más.


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Qué triste es despertar. 4-I-18 Luis Azpe Pico.

Qué triste es despertar.
Soñé que vivía y llegaba
del desierto la orilla,
luego despierto y lloro
porque es cuando comienza
la realidad de la pesadilla.


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El amor es atemporal... 3-I-18 Luis Azpe Pico.

El amor es atemporal,
para sentirlo no hay edad.

El primero es inolvidable
y le sobra intensidad.

Cuando el timpo pasa
y la calma llega,
el amor es luminoso,
pero no ciega.

El amor es discreto,
sereno, tierno y sincero
guardado muy en secreto
como el avaro al dinero.

Así nos amamosahora
sin recordar el pasado,
sólo vivir el presente
que tenemos asegurado.


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Mi pensamiento. 2-I-18 Luis Azpe Pico.

Mi pensamiento
barreal árido, seco...
no existe,
es un inmenso vacío,
un templo sin fieles,
un domingo por la tarde.

Silencio,
soledad,
muerte
sombra que acecha
mi pensamiento.


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Caminé arrastrando una cadena... 1-I-18 Luis Azpe Pico.

Caminé arrastrando una cadena
que ataba el logro de mis sueños.

Perdido entre la bruma espesa
de charcas de inmundicia llenas,
conel alma empobrecida y presa
de lóbregos fantasmas presa.

La muerte fue mi compañera
que paciente esperaba mi caída
y también le fallé en la postrera
agonía que acabara con mi vida.

Una luz brlló en el horizonte
de un futuro que creí perdido,
una luz de pureza incomparable
que dio luz a mi espíritu vencido,
y con un esfuerzo sobrehumano
me así a la poca vida que tenía
y salí poco a poco del pantano
en que caí por mi torpe cobardía.

Esa luz que iluminó mi locura
la puso Dios, para mi bien un día,
esa luz de amor y de ternura
son tus lindos ojos ¡hija mía!

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