Estás en mí. Luis Azpe Pico.

Estás en mí como el tiempo: inexorablemente...
y me gusta que sea así.
No eres una obsesión,
sencillamente estás conmigo siempre,
aún cuando no te pienso...
y me gusta que sea así.

Aunque te fueras antes que yo seguirás en mí.
Y si muero primero te llevaré conmigo,
no físicamente, sino integrada a lo que soy lo que fui
y cómo me gusta que sea así.

Estás en mí porque simplemente te amo...
aún cuando no me amaras.

Te amo, no porque quiero, sino porque no puedo evitarlo.

No te busqué, estabas en mí sin saberte,
por eso seguirás en mí -como el alma-
aún después de la muerte
y cómo me gusta que sea así.

                        xxxxxxxxxxxx

Me gusta la vida. Luis Azpe Pico.

Me gusta la vida, ¡la amo! Es tan bella.

Es cierto, hay guerras, hambre, muerte, pobreza...
pero ¿acaso alguna vez no las hubo?

Soy de los afortunados
que a pesar de haber vivido tanto
no conozco esos apocalípticos jinetes.

Lo tengo todo ¡La vida!

No quiero perder el tiempo
porque el tiempo es la medida
y perderlo sería quitarme algo de vida.

Para algunos no valgo y pueden tener razón,
pero no importa.

Vivo intensamente, tal vez no tengo nada,
pero ya alguien dijo:
"...y al volver la cara vio
que otro sabio iba comiendo
las yerbas que él arrojó".

              XXXXXXXXXXXXX

Aquí estoy... Luis Azpe Pico

Aquí estoy, como siempre, en la continua espera.
Aquí te encontré y aquí me quedaré.
Aquí fue el encuentro ¿lo recuerdas?
Sí, hace ya mucho tiempo
y durante mucho tiempo
llenaste mi vida de felicidad.

Nunca busco, sólo encuentro y así fue lo nuestro.
Ni tú sabías de mí ni yo de ti.
Casual, fortuitamente se cruzaron los caminos,
se cruzaron nuestras miradas que lo dijeron todo.

Sin cortejos, sin cartas, sin una palabra.
Una mirada fue suficiente.
El resto, simplemente fue.
Total, íntegro.
No hubo confesiones del pasado, ni explicaciones;
¿para qué?

Nos encontramos y eso fue todo... y fue.

                     xxxxxxxxxxxxx

Sin título. Luis Azpe Pico.

Me reflejo en las uvas de tus ojos
y mi cuerpo cobra vida con tu cuerpo.

Tus ojos, dos gotas de tinta negra
que escriben "amor" sobre mi alma;
y son tus manos dos pétalos blancos
en ls colgantes ramas de tus brazos;
mis ajadas manos tremolan,
como banderas rotas, alrededor de tu cintura.

Mi viejo corazón agradece tu presencia,
su palpitar se hace fuerte
y en cada latido dice tu nombre.

Me gustan las palabras de amor que no pronuncias,
sólo las escribes con tus labios en mi boca-

                                xxxxxxxxxxxxxxx

Desierto Luis Azpe Pico.

La luna se levanta pletórica,
el horizonte se baña con su lluvia de luz.
La sinuosa silueta de la montaña
se perfila, como tu cuerpo,
en la penumbra de tu alcoba.

El búho, silencioso e inmóvil,
la contempla embelesado,
como yo te contemplo a ti.

El desierto se adivina bajo la tierna iluminación de la luna,
así como yo te recorro con la mirada.

Todo es silencio... paz,
un leve susurro de brisa,
como el rítmico compás de tu respiración
cuando duermes.

Furtivo me acerco y me extasío
con la serenidad de tu rostro de niña
y del fondo de mi alma
brota un fuego suave que abriga del frío
 y me tiendo sobre ti
como la luz de la luna llena en el desierto.

Sin título. Luis Azpe Pico.

En la seda azul de mi cielo,
líquido y transparente,
vuelo con las alas de mi locura
para que tú veas en la altura
el policromado pájaro del amor.

Me vuelvo nube para que tu imaginación
la convierta en cqlidoscopio de sentimiento
y a cada momento
se transforme en emociones que te hagan suspirar,
 y luego te tiendas sobre la arena
para que yo lentamente me vaya a posar.

                            xxxxxxxxxxxx

Espera, no digas nada... Luis Azpe Pico.

Espera, no digas nada;
sólo cierra los ojos,
escucha y siente.

No quiero que digas una sola palabra,
dime todo sin hablar;
quiero oírte suspirar,
que me grites con tu abrazo,
me confíes tu amor con un beso
y después me anides en tu regazo
y con tu mirada me llenes el alma
con el más bello y sublime embeleso.

                       xxxxxxxxx

Mar y arena. Luis Azpe Pico.

Eres el mar y la arena.
El mar de las playas lejanas
y la arena del desierto en el que vivo.

Eres el fruto rojo y dulce
que brotó de la flor delicada,
flor que nació en el cacto de mi alma.

Nací cubierto de espinas,
espinas, no para lastimarte,
sino para protegerte y cuidarte.

Soy como el agave de mi tierra
que tarda años en crecer
y cuando sus múltiples brazos están fuertes,
brota del centro el delgado cayado que florece
y entrega su candelabro ´pletórico de flores
para que alimentes tu vida con mieles y quedes
satisfecha, vivificada y plena.

Moriré cumplida la misión de alimentarte
con el añejo néctar de mis flores.

                    xxxxxxxxxxxxxx

La elocuencia del silencio. Luis Azpe Pico.

Nada más elocuente que el silencio para responder y pensar, si quiero decirlo todo sólo me basta con callar.
Alguien dijo: "Si no puedes entender una mirada, no entenderás nunca nada".

Escuchar sólo las voces que grabó la memoria, lo mismo que disfrutar tu compañía,
me basta cerrar los ojos para tenerte en mí.

¿Volverás? No lo creo, tu orgullo es enorme y el mío también para rogar que vuelvas;
así pues, pues, volveré a la elocuencia del silencio y a la muchedumbre de mis recuerdos,
ahora todos ellos envueltos en el crespón del dolor porque nada más doloroso, como carbón encendido, que el corazón esté pletórico de amor, de un amor no correspondido.


                                                                 XXXXX

Nostalgia. 20-VI-19

La nostalgia se desliza por el tobogán de los años y cae suavemente sobre el lago de la memoria formando círculos concéntricos de recuerdos.
Viejas melodías salpican la reseca playa de la soledad formando círculos concéntricos de recuerdos.

El viento del tiempo a erosionado los acantilados del corazón donde han hecho sus nidos las golondrinas de la tristeza.
Espero que sople la brisa de tu presencia con el alegre vuelo de la esperanza.

                                              XXXXXXXXXXXXXXX

lo de la palabra. 20-VI-19

El vuelo de la palabra deja invisibles turbulencias que agitan el alma.
La palabra, siempre alada, vuela ligera elevándose tratando de llegar al cielo de la poesía.
Imposible tener cautiva a la palabra, ese libre como su alma: el pensamiento.
La palabra agua, la que  fluye suave como manantial o fuerte como torrente impetuoso que al final deja el limo que permite el florecimiento de una nueva vida.

La palabra manantial que calma con su suavidad y transparencial al espíritu.
La palabra viento que, como el agua, puede ser brisa o huracán, pero siempre es vida; podrá ser tormenta, pero luego vendrá la calma.

¿Qué somos? Eso: aves, agua, viento y también fuego que calcina o purifica; somos tierra que es de donde vinimos y a donde, el final, regresaremos.

Eso somos: palabra-pensamiento, pensamiento-palabra inseparable dualismo que forma el ser.

                                         ..................................

sin título.

El camino fue azaroso... yo lo escogí.
Fue un trayecto doloroso... yo lo elegí.
Hubo remansos hermosos... yo lo conseguí.
Ahora vero la estela de mi barca,
 me siento en la popa...
la proa está a punto de atracar
y no quiero llegar todavía.
Mi contrición es sincera y dolorosa,
sé que bastará para reposar en paz
bajo un pinabete y un cuero crocitará
anunciando el perdido punto
en donde mi cuerpo se deshará.

                xxxxxxxxxx

Sin título. Luis Azpe Pico.

Vivir es escalar una montaña,
avanzar lenta y cuidadosamente.
Al comienzo parece fácil,
sobra la fuerza y la confianza,
tropezamos, caemos y nos herimos:
Nos detenemos sin ganas de continuar,
levantamos la mirada para descubrir
que aún falta mucho por seguir.
No hay que mirar atrás,
la vista siempre adelante,
un paso a la vez y nada más,
lento, pero constante
sin detenernos jamás.
Breves descansos para contemplar
el trayecto recorrido
y darnos cuenta que ha valido
el esfuerzo para continuar.

             X X X X

Qué soy...

Qué soy, sino un olvido futuro,
un presente inadvertido
en un laborioso enjambre:
 todos juntos y cada quien a lo suyo.

No quiero decir que no tengo nada
porque todo lo tengo, no lo poseo,
está en mí y yo en todo, mas no me enclaustra.

Soy libre, inapreciable tesoro,
libertad para ser,
pero sobre todo, libertad para pensar,
 la más grande y hermosa libertad.

Por eso es que todo lo tengo,
aunque no lo poseo,
la posesión se pierde,
yo no porque me tengo.

Perderme sería perderlo todo
y yo soy todo lo que tengo
y todo lo tengo en mí.

             xxxxxxxxxxxx

Sin título.

El brillante y ardiente sol ha perdido fuerza,
el otoño se anuncia con noches frescas
y mañanas nubladas.
 Cielo gris que invita a meditar y a soñar,
los recuerdos vuelan en giros como buitres
queriendo comer la carroña de mi memoria.

A esta edad la memoria no es fresca,
pero sigue enviando sus imágenes
teñidas de +color sepia por el tiempo.
Es bueno, no hay nostalgia, ese
"dolor por el regreso", así me siento bien,
especialmente del alma
aunque el cuerpo no sienta igual.

Esa vieja memoria me hace sentir la vida pasada,
cuánta de ella desperdiciada, pero también
mucho de ella disfrutada,
aunque los frutos no sean apetitosos,
pero, al fin, frutos.
Lo hermoso no son los frutos de mis ramas,
sino los producidos por la semilla que de ellos cayó.

Sí me gusta el otoño y más el invierno,
mas no por ello desprecio a la primavera y el verano,
con los primeros me identifico más,
son como cofres que me muestran los ajados recuerdos
y los recuerdos son la constancia de la vida.