Porcelana hecha mujer,
manos d agua para humedecer
la aridez de mi piel.
Cascada de seda sobre las hamacas de tus hombros.
Tu boca, ventana que ilumina mis ansias; y tu cuerpo,
muelle donde atracar la nave de mis deseos...
Y pensar que sólo quiero una mirada... una sonrisa
y nada más.
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Una señora le pide a su hijito de unos 10años de edad:
-Hijo, ve a la tiendita de dn Pancho y que me mande 50 pesos de huevos.
El niño va a la tiendita del barrio y dice:
-Que dice mi mamá que si tiene huevos le mande 50 pesos.
Don Pancho le dice al tiempo que le entrega un billete:
-Dile a tu mamá que esa no es la forma de pedir prestado.
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En el "más allá" se encuentran dos mujeres.
-Hola, cómo moriste? -pregunta una.
-Por congelamiento.
-¡Qué horrible! ¡Cómo se siente?
-Pues primero mucho frío, luego duelen los dedos de las manos y de los pies, después se siente mucho sueño y luego mueres.
¿Y tú?
-Pues yo de un ataque al corazón. Sospechaba que mi marido me engañaba y un día regresé de improviso y entré a la recámara y mi marido estaba acostado leyendo el periódico; salí corriendo y fui al sótano, pero no hallé a nadie, luego subí al segundo piso corriendo y no encontré a nadie y en eso me dio un ataque al corazón y morí.
-Si hubieras buscado en el congelador las dos estaríamos vivas. (¡?!)
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Me gusta la vida, ¡la amo!.... Es cierto, hay guerras, hambre, muerte, pobreza, pero, ¿acaso alguna vez no hubo?
Soy de los afortunados que a pesar de tanto tiempo vivido, no conozco esos apocalípticos jinetes.
No quiero perder el tiempo porque es la medida y perderlo sería perder vida.
Vivo para los demás, son, de una u otra forma, parte de mí. Para algunos no valgo... no importa, si me rigiera por la complacencia a los demás ¿dónde quedaría yo?, además, cuando sirvo, me sirvo a mí mismo.
Vivo para los demás, habrá quien rechace lo que doy y el motivo ha de ser mío, no quiero hacerle daño a nadie, no será mucho lo que doy, pero ya alguien dijo: "...y al volver la cara vio que otro iba comiendo lo que él arrojó".
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Aquí estoy, como siempre, en la continua espera;
aquí te encontré y aquí me quedaré.
¿La recuerdas? Sí, fue hace mucho tiempo
y durante mucho tiempo llenaste mi vida de felicidad.
Ni tú ni yo sabíamos el uno del otro.
Fortuitamente se cruzaron nuestros caminos,
se cruzaron nuestras miradas que lo dijeron todo;
una sonrisa fue suficiente.
Sin cortejos, sin cartas, sin palabras;
una sonrisa fue suficiente.
No hubo confesiones del pasado
¿para qué?
Nos encontramos... sonreímos,
eso fue todo... ¡y fue!
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