Me reflejo en las uvas de tus ojos
y mi vida cobra vida con tu cuerpo.
Tus ojos dos gotas de tinta negra que escriben "amor" sobre mi alma
y son tus manos dos pétalos blancos y mis manos ajadas
tremolan alrededor de tu cintura.
Mi viejo corazón agradece tu presencia,
su palpitar se fortalece y en cada latido dice tu nombre.
Me gustan las palabras de amor que no pronuncias,
sólo las escribes con tus labios en mi boca.
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Me gusta ver como aparece la sinuoosa línea de la pluma dejando como rastro las palabras.
Así es la vida, cada día una página en blanco que se nos ofrece para escribir, con actos, nuestro vivir.
Hay quienes han hecho de su vid una poesía y otros que con su poesía han hecho vida.
Así es, un continuo quehacer, no destruir ni romper, crear, hacer de la vida un arte.
Págins tristes, trágicas, dramáticas, pero también de amor y ternura, de paz y, a veces, de melancolía.
Me gusta vivir, despertar y saber que tengo otra oportunidad para hacer.
El tintero de la vida va agotándose, pero aùn queda algo para mojar la pluma y escribir una página más,
al menos la de este día.
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3
Todavía fluye, cálida, mi sangre;
el corazón sigue cinb fus función- ¡Ay, corazón, por qué no eres simplemnete eso!
No sigas latiendo, musitando y estremeciendo ante el pensmiento, la tristeza y la belleza.
Me sorrende al ver el calendario, no uee ser que tantos años han pasado
y sigas, coraaón, enamorado...
Qué buedno que así sea, mantienens vivs la lámpara votiva del amor.
Eres como un viejo farol que sigue iluinando mi camino
rompiendo la oscuridad de las indiferencia y has llenado, por ello,
con bellea, mi fugaz -aunue largsa- existencia.
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4
La luna se levnta pletórica, el horizonte se baña con su luz.
La sinuosa silueta de la montña se perfila como tu cuerpo en la penumbra de la alcoba.
El búho, silencioso e inmóvil, la contempla embelesado, como yo te contemlo a ti.
Todo es sdilencio, paz, un leve susurro de brisa como el rítmico compás de tu resiración cuando duermes.
Furtivo me acerco y me extasío con la serenidad de tu rostro de niña
y me brota del fondo del alma un fuego suave que me abriga del frío
y me tiendo sobre ti como la luz de la luna llena sobre el desierto.
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Mi palabra es como el río de mi región: seca y árida.. Mi palabra es sólo una herida del corazón que ya no sangra.
Es sólo un seco cauce que va cubriéndose de zarzas y abrojos.
Mi palabra ya no es fecunda, es ave que perdió sus alas en las ramas de la indiferencia.
Ahora mi palabra repta y se mimetiza con la tierra, si acaso, e un leve siseo que se confunde
con el lamento del viento, pero sigue y sigue dejando una leve zigzagueante huella sobre la arena solitaria.
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2
Soy un libro anacrónico y obsoleto, ya nadie lee libros.
La imaginación ha sido sustituida or imágenes impresas o visualizada en una pantalla.
Ya no hay la caricia de una hjeda, sólo el "clic" en un "ratón".
Así soy yo, ya no hay quién abra este viejo libro y recorra con sus ojos para leer un poco de historia,
de fantasía, de humor y, tal vez, algo de poesía.
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Busco una tlaalería donde vendan palabras de colores.
Busco una dulcería donde vendan sentimientos de sabores.
Las más hermosas frases las leo en los epitafios de las tumbas que llenan mi alma.
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Campana sin badajo, mi voz; pluma sin tinta, mi poema;
sólo en mi fantasía está la poesía.
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Diamantes de sal mis palabras; humo de secas ramas del tronco de mi cuerpo;
remolinos de ceniza de la hoguera de mi vida...
cuánta voz desperdiciada...
cuánta palabra perdida
en el horizonte de la nada..
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En este frenesí que ha sido mi blasón,
sólo quiero una palabra: ¡Sí!
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Para los irritilas y otras etnias nómadas que pasaban por La Laguna, CACHIRIPA era el nombre que le daban al diablo y creían que se manifestaba en los "remolinos" y se tiraban al suelo con la cara hacia abajo para que el diablo no los viera -según ellos-; esa tradición permaneció y en el medio rural algunas personas aún se santiguan cuando ven uno, aunque no saben el origen.
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Dila interminable de antónimos buscando inútilmente expresar mi sentimiento.
Huellas que se borrran al instante
sin marcar un sendero, una vereda.
Playa sin mar, nubes sin cielo... yo sin ti.
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Las aves de mis ilusiones,
de mis deseos,
de mis sueños
tienen ahora
alas de murciélago.
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Se escabulle la palabra como lagartija entre los cactos.
Imposible expresarla y colocarla
dobde tenga consonancia.
Una palabra tan corta y a la vez tan esquiva:
yo.
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Según la versión cinematográfica, González Bocanegra tardó 4 días en escribir el Himno Nacional y lo hizo obligado por su novia -¿Cómo se llamaba?. -se casó con ella- en realidad le tomó 4 horas, él era un poeta y su estilo es verdaderamente único, con un vocabulario y estilo de alta calidad que, aunque no hubiese mencionado a Santa Anna, creo que de todos modos hubiese ganado... ¿menciona a Santa Anna?, pues sí: "Como el héroe inmortal de Zempoala te defiende su espada terrible y sostiene su brazo invencible, tu sagrado pendón tricolor..." Santa Anna era presidente -aunque en realidad lo fue once veces y sólo la primera por elecciones, las demás lo llamaban para "aplacar" la situación.
Francisco murió en el sótano de la casa de su tío al esconderse porque perseguían a todos los "colaboradores" de el viejo "mocho", recuerden que le amputaron una pierna y hasta la enterraron con honores... Ay, méndiga política! y Francisco tenía chamba en el gobierno, un puesto sin importancia. La causa de su muerte fue pulmonía... Claro, no fui testigo, pero está escrito por gente seria.
Si fuese en la actualidad, tal vez ganaría el que escribiera "el héroe inmortal de Tabasco... ¡qué asco!
El humo de mi cigarrillo se eleva en caprichosas y sesuales volutas
y luego se disipa y desaparece.
Tanto pienso en ti que en esas etéreas formas te visualizo.
Así es cuando estoy contigo, te enciendo con mis besos
y te aspiro profundamente satisfaciendo mi adicción por ti.
Tanto te amo y tanto hemos estado juntos
que inexorablemente eres parte de mí.
No me dañas, al contrario, me calmas,
pero si amarte daño me hiciera
qué feliz sería si por tenerte a ti y de eso muriera
que felíz sería porque eternamente te llevaría en mí.
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