Para los irritilas y otras etnias nómadas que pasaban por La Laguna, CACHIRIPA era el nombre que le daban al diablo y creían que se manifestaba en los "remolinos" y se tiraban al suelo con la cara hacia abajo para que el diablo no los viera -según ellos-; esa tradición permaneció y en el medio rural algunas personas aún se santiguan cuando ven uno, aunque no saben el origen.
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Muy interesante el dato! Saludos desde Minnesota
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