jueves, 19 de septiembre de 2019

Copro, proctólogo, oculista.

Llegó un individuo al hospital llevando en sus manos un recipiente para conservas y adentro una muestra de copro -la muestra era tan grande que parecía que iba a vender-, sube al elevador y la elevadorista le dice, al ver lo que llevaba: -Al laboratorio, ¿verdad?
-No, con el oculista -responde el interfecto. dejando a la elevadorista y demás pasajeros sorprendidos. Llega al piso correspondiente, ve el letrero de "Oculista" y toma asiento. Lo ve la recepcionista y le dice:
-Señor, aquí es con...
-El oculista -interrumpe el individuo-.
-Ehh.. sí -titubea la joven la cual va con el médico y le dice lo sucedido y el doctor con tono de comprensión, comenta:
-Ah, esta gente quién sabe qué pensarán que curamos los oculistas. Dígale que pase.
El individuo entra, ve al médico y le pregunta:
-¿Usted es el oculista?
-Así es.
-¿El que cura los ojos?
-Claro!
-A usted es al que quiero consultar.
-En qué puedo servirle -pregunta amable el médico y el individuo, al tiempo que le muestra la tremenda "muestra" de copro, le pregunta:
Doctor, ¿por qué será que cada vez que hago uno de estos me lloran los ojos?

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