Por cualesquiera que sean las razones resulta que un anciano se casó con una inocente jovencita. Bien, se casan y llega la noche y por fon estuvieron en la intimidad de la recámara. La jovencita era tímida y realmente inocentona, así pues, el viejito le pregunta:
-¿Ya?
-Ya qué? -contesta la chica.
-Pues--- -el viejito titubea- pues, si ya estás lista.
-Lista? Pa' qué -Pregunta la chica, el viejito, nervioso, le dice:
-Pues lista para esta noche.
-¿Esta noche? Y ¿de qué debo estar lista?
-Nueno... pues... para lo que se llama "noche de bodas".
-Y eso? No sé a qué se refiere -dice la muchach mientras nerviosa se frota las manos. El viejo, un tanto molesto, dice:
-Pos es la noche de bodas, ¿no sabes lo que debes hacer?
-No -responde la muchacha tímidamente El viejo, un tanto molesto, le pregunta:
-Qué no sabes lo que tienes qué hacer hoy?
-No.
-No te preparó tu mamá?
-No.
El viejito con tono de vencido, comenta:
-En la madre! Tú, que no sabes y yo, que ya no me acuerdo.
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