Todavía fluye, cálida mi sangre
la vieja bomba del corazón
sigue cumpliendo su función.
¡Ay, coraz´n, por qué no eres simplemente eso!
No sigas latiend y musitando estremeciendo
ante el pensamiento, la tristeza y la belleza.
Me sorprendo al ver el calendario,
no puede ser que tantos años han pasado
y sigas, corazón, enamorado.
Qué bueno que así sea,
mantienes encendida la lámpara votiva del amor.
Eres como un viejo farol,
pero sigues iluminando mi camino
rompiendo la oscuridad de la indiferencia
y has llenado, por ello, con belleza
mi fugaz -aunque larga- existencia.
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Aunque los años pasen, la vida cambie, y las expectativas sean cumplidas, rebasadas o incumplidas, el ser continua su trayecto hasta el final.
ResponderBorrarSaludos, maestro.