El atronador silencio de la madugada
me libera del tormento de mis sueño:
una reconfortante taza de café
y el suave veneno de un cigarro
me acompañan fieles como siempre.
Mi pensamiento vuela buscando alivio
al horroroso tornento de mi soledad
y se posa en el árbol deshojado de tu ausencia.
Muchas veces vencí el fragor de las tormentas
y ahora sufro la agonía de no tener a mi lado
a quien es la razón de mi existencia.
---------------------------------------------------------
No hay comentarios.:
Publicar un comentario