Después de haber estado fuera de casa, una muchacha regresa en un auto deportivo y con ropa de primera clase. Su papá la recibe con un abrazo fuerte.
-Hijita, qué bueno que viniste -le dijo viéndola de pies a cabeza.
-Oye, paree que te va muy bien... ¿A qué te dedicas?
-Soy prostituta -contesta serena la muchacha, el papá cambia de expresión, ahora mostraba un gesto de amargura, coraje y le dice con tono firme.
-Ah, eso sí que no! Es increíble, no, no, no...
La muchacha se queda callada, pero tranquila. El papá la observa y ve la preciosa joyería: aretes collar, prendedor, pulsera, un Rolex, echa una mirada a la puerta y ve el precioso auto... Se queda callado y luego, con voz baja le pregunta_
-¿A qué dijiste que te dedicabas?
-Soy prostituta -contesta la chica y el papá cambia su expresión a una de alegría, la abraza y le dice:
-Ay, hija, perdóname, creí que habías dicho protestante. Ven pa'ca mhija!
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