Desierto.

 Cuánta sabiduría encierra su charla silenciosa.

De pronto un cuervo interrumpe con su graznido, como cuchillo sin filo rompiendo la tela del silencio

y algunos gorjeos de escondidos gorriones se lo reprochan.

Todo en el desierto habla, su tema principal es paciencia, la tolerancia, la aceptación.

La delicada melodía el silencio los inspira.

Tras largas horas de gozoso silencio me despido con una larga mirada que llega hasta los tenues azules de lejanas montañas que, por un lado, abren la puerta de la noche

y, por la otra, apagan los ulgores del brasero de la tarde.

Regreso tranquilo, con el alma en paz y el corazón pletórico de amor por tan grandes y sabios amigos.

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