El viento viaja solo.
Dube montañas por las laderas i se eleva al cielo.
Corre por los valles solo,
con esa plenitud que sólo la libertad permite.
Así viajo yo, como el viento.
A veces bisa a veces vendaval,
a veces calma ficticia
que se delata en una hoja o en una caricia.
Así seguiré suavemente,
con esa lentitud que la edad obliga
deleitándome al recorrer tu cuerpo
con mis manos y mis labios
convertidos en suave soplo vespertino.
x x x
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