sin embargo tengo todo.
Para el día que Dios me llama
tengo lo necesario: amigos,
buenos libros y una cama.
Dios me manda todos los días
un pajarillo que canta en mi ventana,
un trabajo que me gusta,
una flor que me enbeleza
y aunque crece en la basura
sobresale por su belleza.
Tengo amigos sinceros
que siempre están a mi lado,
que comparten su sabiduría
y curan mi tristeza con su alegría.
Gracias, Señor, por tanta riqueza:
amigos, libros, salud y belleza.
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