El sol se retira a descansar,
lentamente busca el lecho de la montaña
en tanto la sombra,
lenta e inexorable,
va inundando la tierra,
A lo lejos los lampos resplandecen
y los brazos de los magueyes
y las manos de los nopales
y todas las plantas sedientas
se ilusionan resucitar
con la anhelada lluvia del verano.
Así espero yo,
al ver los lampos de tus ojos,
que una ilusión se realice
con la sutil humedad de un beso.
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