martes, 4 de febrero de 2020

Sin título.

Pensar en respuestas que no tengo es una obsesión que me aniquila.
Quiero pensar en lo que vale la pena y tampoco pienso en algo.
Sólo vienen a mi mente los recuerdos de una niñez que no me abandona, sigo soñando y teniendo fantasías.
Pienso en los amigos, aquellos que compartieron mis alegrías, tristezas e ilusiones.
Pienso en las flores que adornaron mi jardín, pletóricas de color, de amor escondiendo bajo sus pétalos las espinas del dolor.
Pero valió la pena.
Aquí estoy, como en la niñez, con los pasos vacilantes de la vejez.


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