lunes, 7 de septiembre de 2020

El exagerado.

 Hace años vino un hombre por primera vez a la Regiòn Lagunera hizo una pausa en Paila -muy solitario en aquellos años- El visitante caminó un poco y se quedo viendo hacia el norte, nada, ni  un árbol, sólo mrzquites y gobernadora. Un individuo de ahí estaba sentado en el suelo recargado sobre la pared. El visitante lo miró y esbozó una sonrisa a modo de saludo y comentó en voz baja:

-Aquí no hay ni lagartijas -el lugareño le miró y frotó sus callosas manos; el visitane, intrigado, preguntó:

-¿Y eso?

 Contestó calmado el individuo:-Ansina se oye en las nochis el roce de los cuernos de los venaos.

El visitante le miro sonriendo, pero el lugareño permaneció impávido. El viajero le tomó la medida de inmediato y exclamó con fingida sorpresa:

-Ooooh! Oiga -le pregunta al local: -Y hay osos blancos?

-Mmmm, di a madre! -contestó formal el individuo y agregó:

-Mire aquella loma, en la nochi parece de algodón.

-A sí? Y por qué.

-De tanto oso blanco que  hay.

La situación le divertía al viajero y dándose cuenta de la ignorancia del hombre, le preguntó:

-Y... rinocerontes? -el lugareño jamás había oído de ellos, pero no se inmutó. Separó sus brazos con las mnos encorvada y dijo:

-Mire, ansina son.

-Oiga, los rinocerontes son grandotes.

El lugareño s cambiar su expresión, dijo:

-El huevo.

-Pero si son mamíferos. -el lugareño lo miró y comentó:

-El derecho, el derecho.

(Se comprende mejor si lo lee en voz alta)


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