Soy un libro anacrònico y obsoleto...
ya nadie lee libros.
La imaginciòn ha sido sustituida
por imàgenes impresas
o visualizadas n una pantalla.
Ya no hay la caricia de una hojeada,
sòlo el "click" en un "ratòn".
Asì soy yo, ya no hay quien abra este viejo libro
y recorra con sus ojos para leer
un poco de historia, de fantasía,
de humor y, tambièn, algo de poesía.
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Lo fascinante de los libros es que pueden pasar mucho tiempo cerrados, pero inevitablemente un buen día son reencontrados y leídos (disfrutados) por alguien.
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