miércoles, 10 de febrero de 2016

Ateo y blasfemo.

Cuentan de un poeta que era alcohólico, pero también era mucho muy creyente. Un día llega  una cantina y se queda de pie a la entrada, no traía dinero para comprarse una copa que en esos momentos mucha falta le hacía. Un cliente le dice al cantinero: -Ese que está en la puerta trae una tremenda "cruda" (resaca), me parece conocido.
El cantinero le dijo el nombre y el cliente se sorprendió: -¿El poeta?
-El mismo-responde el cantinero.
-Es muy creyente ¡verdad? -pregunta nuevamente el cliente y el cantinero le afirma, entonces el cliente dijo:
-Voy a hacerlo que blasfeme.
-No lo creo.
-La necesidad que trae por una copa lo hará blasfemar-y dirigiéndose al poeta le dijo:
-Le regalo una botella del licor que quiera si me compone un verso (cuarteto). El poeta le dijo que con todo gusto: -¿Para quién la quiere? ¿esposa, hija, primavera, flores...?
-No, quiero un cuarteto que termine con "Jesucristo en una mierda"
-Con todo gusto, sólo que primero quiero .la botella.
El cantinero se sintió decepcionado, le entregó la botella y le dijo al apostador:
"Nunca la esperanza pierda
que de pobre llegue a rico
y que lo clave de hocico
Jesucristo en una mierda"
Tomó la botella y se fue dejando al ateo sorprendido y hasta insultado y el cantinero muy contento.
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