Palabras de Luis.

El día muere sangrando en el horizonte
y la noche va naciendo
anunciándose con lluvia de luceros.
El día duerme y yo despierto.
Noche, mi amante noche,
cuántos bellos momentos forjamos
con la luz de una mirada
de una hermosa mujer
a la que tanto amamos
y hoy, en la soledad de los años
juntos, tú, noche y yo,
con la conciencia tranquila
cuánto las recordamos.
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Tu mirada luz líquida,
mi presencia, sombra.
¿Qué mejor unión que ésta?
Tú: luz; yo: sombra,
dualidad indisoluble.
Si te apagas moriré también.
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Aquí estoy en la cima,
no del triunfo ni la gloria;
estoy en la cima de la vida
desde donde alcanzo a verlo todo
¿valió la pena la escalada?
¡por supuesto que sí!
Todos los paisajes recorrí.
Aquí estoy en paz, tranquilo,
con la puerta abierta
para quien quiera descansar,
un asiento suave.
un vaso de vino
y en silencio charlar...charlar.
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