El río de mi vida se escurre por entre los dedos del tiempo,
espero caiga en tierra fértil y brote una flor sin espinas
como única prueba de que fui.
No hay más,
ni la heroicidad de una hazaña,
ni la belleza de una obra,
sólo la sinceridad de mis palabras
y la coherencia de mi hacer...
y aunque mi vida no fue prolija
tengo el tesoro más preciado,
soy inmensamente afortunado,
la llamo HIJA!
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