La edad es una paradoja: un día m´s y, al mismo tiempo, un día menos.Cuando se es niño quiere estar uno como los de secundaria o prepa.
Si se logra terminar una carrera y la fortuna de tener trabajo, quiere uno formar una familia. La ilusión del noviazgo se convierte en la responsabilidad de "sostener" una casa.
Viene la alegría de los hijos y la responsabilidad aumenta y debemos seguir adelante.
Luego llega la perfección: los nietos, amos y señores de todo... y luego reflexionamos y nos damos cuenta que ya no somos los jóvenes alegres y comienzan -de una u otra manera- las señales de que ya toda la juventud pasó y se manifiesta de varios modos, pero ninguno es agradable.
¿Qé es la vida? ¿Un día más o un día menos?
Los dos cosas, por eso debemos vivir intensamente cada día que Dios nos da.
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