Algo de lo profundo de mi alma me impele a gritar: ¡Soy libre!
Libertad es lo que grito y lo que ofrezco.
Ahí está, es de ustedes.
Y la libertad sigue ahí sin que nadie quiera tomarla.
Cada quien sigue arrastrando cadenas con mil candados,
con el yugo en el cuello, una mordaza en la boca y grilletes en las manos.
La libertad sigue vencida por el miedo, subyugada.
Sigue la cuerda de prisioneros arrastrando dolorosamente
el lastre de sus atavismos, la mentira de los convencionalismos.
Libertad es lo que grito t lo que ofrezco,
tómenla y disfruten la dicha de ser
y no la condena de padecer lo que es vivir en un tan solo "parecer".
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Estupendo. Felicidades, Luis.
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