Al verte mi pensamiento me traiciona
y debo fingir,
quiero gritar cuánto te amo
y los convencionalismos me hacen mentir.
Esquivo la mirada para que no descubras
lo que mis ojos te quieren decir.
Creo que es en vano mi esfuerzo,
a una mujer no se le puede engañar,
no se le puede fingir y tú eres la mujer
que fácilmente en mí puede leer
lo que inútilmente trato de callar.
Así ha sido siempre, el diálogo silencioso
que dice más que una larga charla.
Entonces ¿para qué hablar?
Te sabes amada y deseada y lo sé
porque me lo dices con sólo mirar....
pero si mis ojos te están hablando,
mis labios anhelan estarte besando.
Pero prefiero seguir mirándote,
prefiero decírtelo con una mirada
porque tengo miedo de que tu respuesta
sea tan sólo una irreprimible carcajada.
xXxXxXxXx
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