lunes, 26 de octubre de 2015

La vejez.

Estoy viejo... pero ¿qué es la vejez? Para mí es un don de Dios y más cuando mis achaques, son sólo eso: achaques, pero lo hermoso de la vejez es haber tenido una hija, haberla visto crecer, compartir los helados y los dulces conmigo; enorgullecerme de su aplicación en sus estudios. Doy gracias a Dios por haber encontrado a un hombre que la respeta y la ama y por haberme dado un par de nietos hermosos que comparten conmigo sus juegos e intereses y que, también como su madre y padre, me hacen sentirme orgulloso por sus logros escolares.
Es cierto, cometí muchos errores, pero han quedado en el pasado.
No tengo riqueza material, pero sí un tesoro espiritual y familiar.
Cuando apago la luz para dormir, doy gracias con toda mi alma al Señor, por todo lo que me ha dado,
¿Cuánto me queda? No sé, pero lo que sea, lo viviré intensamente, olvidando agravios y recordando todo lo bueno que he tenido en la vida.
Hace muchísimos años, otro viejo -mi padre- me dijo: "Hay dos clases de viejos: el joven viejo que da lástima, y el viejo joven que es admirable. De ti depende cuál quieres ser".
Así pues que... "el final se acerca ya, lo esperaré serenamente.."
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