martes, 8 de noviembre de 2016

Moriré. L.A.P.

Moriré,
¿quién que ha nacido no mure?

Mi dolor no es por la muerte,
es la incertidumbre de cómo será.

Quiero morir despacio, lentamente
como un ocaso lleno de fuego
que despide al día con un despliegue de fulgores
y tú, a mi lado sin una lágrima;
nuestras almas enlazadas como nuestras almas,
con un beso, no de adiós, sino hasta pronto.

El alma es eterna y yo creo,
soy un convencido de la bondad del Creador
que en esta vida nos permite un receso
para confirmar la sinceridad de nuestro amor
y después vendrá el reencuentro,
un encuentro que no tendrá temor
sabiendo que nunca más volverá a haber un "hasta luego",
con las manos enlazadas como nuestras almas
y así esperaremos, sin esperar,
el amor que durará una eternidad,


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