miércoles, 24 de junio de 2015

Pensamientos

No sé quién trajo a ni casa una maceta; no le di importancia, pero -cosa rara- llovió y a los pocos días unos brotes comenzaron a surgir, así que la regué.
La plantita creció aumentando su tesoro de esmeraldas con sus hojas y luego la maravilla: ¡una flor! y otra... y otra, son unas flores pequeñitas, pero como todas las flores, muy hermosas. No sé quién las sembró.
Qué hermoso es asomarme por la ventana y ver en el pequeño patio de mi casa aquel pequeño recipiente de barro cubierto de bellísimas flores.
Me acerco para verlas mejor y me deleito contemplándolas, por ahí le brotan algunas yerbas que arranco para no lastimar la belleza de las flores.
Un día vino una señora que sabe de jardinería, tomé la maceta y se la mostré con orgullo:
¡Mire qué belleza!
-De verdad que son hermosas-comentó.
-¿Sabe cómo se llaman? -pregunté interesado.
Ella asintió y con una sonrisa me dijo:
-Se llaman Pensamientos.

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