Los años van abriendo caminos.
Los años, los muchos años,
labran en un acantilado de aire,
figuras que se diluyeron en la nada.
La alforja está vacía de ilusiones,
los años la rompieron y fueron cayendo
mezclándose con las arenas del olvido.
El camin no termina,
es el caminante el que se acaba.
Busca abrigo bajo un árbol sin hojas,
no hay sombra porque la luz se apaga.
Sólo cansancio de hacer y hacer
sin conseguir nada.
Así ha sido:
un caminar haciendo
para terminar vacío.
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