El chivero y el ventrílocuo.

Andaba un ventrílocuo cazando liebres y se topó con un chivero.
-Güenos días, siñor. ¿Cazando liebres?
-No -responde el ventrílocuo- vengo a platicar con los animalitos.
-Ah, qué siñor tan bromista, los animales no hablan.
-Claro que sí. Se lo voy a demostrar -el artista se levanta y se acerca a una chiva y le pregunta: -¿Hola chivita, cómo te va? -Como las chivas siempre están masticando, el cirquero hablando con el "ombligo", dice: -Bien señor, gracias.
El chivero abrió los ojos lleno de asombro. El individuo se acerca a otra chiva y nuevamente le pregunta, pero ya con un tono malicioso:
-Y cómo las trata el señor pastor.
-Bien -'contesta' la chiva. El chivero ya se puso nervioso por la fama que tienen de que cuando 'ya les anda' se dejan 'cai' con las chivas y acercándose al ventrílocuo le dice:
-Siñor, nomás no le pregunte a aquella chiva pinta porque es mentirosa di a madre.


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