sábado, 31 de diciembre de 2016

Otro año más.

Aquí sigo, gracias a Dios. Muchos de mis grandes amigos se me han adelantado, pero aún quedan algunos que siguen a mi lado, pero a pesar de mi paso cansino, reímos y disfrutamos de la mutua convivencia.
Tengo una familia chica, pero es suficiente para hacerme inmensamente feliz.
Vivo día a día lo más intensamente que puedo.
Antes de todo, al despertar doy gracias a Dios por un día más y le ruego que nos dé paz, salud y bienestar a todos y que entre en el corazón de quienes "gobiernan" para quitarles la avaricia y sean dignos de ser recordados como buenos.
Que esta noche, cuando se sienten a la mesa pletórica de exquisitas viandas y finos vinos, piensen en los miles y miles que no tienen y que serían felices si pudieran llevar a sus mesas las sobras que  los citados  van a tirar a la basura.
Tiendan, todos, su mano a quien la necesita, que su visita a la iglesia no sea un desfile de modas, sino una muestra de todo lo que Jesucristo nos enseñó: dar de comer al hambriento; dar de beber al sediento; dar abrigo al desnudo; consolar al enfermo, etc.
Sé que ni siquiera leerán estas líneas, lo cual no importa, yo ruego a Dios, por el bienestar de todos y que lleguemos a tener la justicia que ha desaparecido.
SEÑOR MÍO gracias por todo y bendícenos a TODOS.

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