Preguntas, preguntas y ni una respuesta,
sólo preguntas.
Vuelan en círculos como cuervos,
como auras que flotan ingrávidas
sobre la carroña de mi ignorancia.
Encrucijadas, cruces de mil caminos
sin señal alguna que indique el derrotero,
algo que me indique una respuesta.
Estoy en el centro de la estrella de los vientos
que siempre gira sin detenerse jamás.
Todo gira a mi alrededor.
Soy como el eje sobre el que todo gira, inmóvil,
la rueda de la vida gira y gira en él
y yo permanezco estático,
sin respuesta,
sin camino,
en una interminable espera de la razón para vivir...
y tú no llegas.
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