Volar...

Volar, siempre volar
¿Por qué no reptar?

Desde la altura sólo se ve el paisaje,
reptando se cruza por él.

Cada piedra, cada guijarro, cada flor, cada espina,
cada detalle va tocándome.

Volar es soñar, reptar es vivir.

Ya vendrá el día en que mi alma vuele para siempre.

Por hoy reptaré y me deslizaré en cada segundo,
por cada minuto, por cada hora, por cada día...

Seguiré así, reptando lenta y constantemente
ya llegará el día en que vuele para siempre,
pero hoy iré lento hasta el fin,
viviendo como debe ser: intensamente.


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