Me gusta la tarde, el ocaso,
cuando el cielo se viste
con sus más bellos coloress.
Cuando del viento está en calma
y las sombras se extienden lentamente;
cuando los haces de sol se criban entre las nubes
y una gama de acuarela y pastel
va derramándose sobre el cielo.
Me gusta la tarde, el ocaso
para abrir la puerta del oriente
y echarme sobre los hombros del alma
la capa de bardo de la noche.
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Te amo tranquilamente;
no con la avasalladora pasión
o el deseo ardiente.
Te amo en paz y en calma,
en silencio y en sombra.
Te amo despacio
recorriendo palmo a palmo
toda la sinuosidad de tu continente,
sin perder un ápice de ti
y sientas en el corazón y en el cuerpo
la paradójica serenidad de mis ansias.
Así te amo,
tranquilo e íntegramente;
despacio, en la sombra, en silencio
y para siempre.
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