Amigos. l.a.p.

La noche guardó en su arcón
la incandescente moneda del sol
y encendió las estrellas
para hacerle compañía a la luna
en cuarto creciente.
Una fogata arroja se trémula luz
sobre los ajados rostros.
Interrumpimos el sueño
de aquellos que duermen
en tanto atraemos la curiosidad
de quienes viven en la noche.
Se escucha el susurro de la voz
y de pronto el latigazo de la risa.
"Te acuerdas de..." y surge
la adulterada anécdota
condimentada con graciosas mentiras.
Alguien se hace cargo de la parrilla
y vigilamos que la carne quede
en el punto del gusto de cada quien.
Si sumamos las edades del corrillo
el total será de varios siglos
que no agüitan el ánimo.
Fuimos y seguimos siendo
los mismos de hace
muchos, muchos años: AMIGOS.

l.aa.p.

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