Cae la lluvia refrescando
la aridez de mi existencia..
¡Eres tú!
La luz de un nuevo día
entra por la ventana...
¡eres tú!
Las aces en el bosque cantan
su canción de alegría...
¡eres tú!
Tú, siempre tú en todo,
por eso doy gracias a la vida
porque siempre estás en mí,
sólo moriré cuando me olvides,
sólo el olvido mata.
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Entro a mi cuartucho
-mi reino-
monumento al olvido
donde, paradójicamente,
recuerdo lo que quiero.
Cuando se envejece
es como irse perdiendo en la distancia,
la imagen se difumina, desaparece.
Este cuartucho mío
es como la antesala del olvido,
aquí desaparezco para encontrarme.
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