Estoy hecho como las casa de mi pueblo: de tierra y paja, adobes secados al sol, si me deterioro con un enjarre tengo, un enjarre que tape los nidos de las arañas y una blanqueada con agua con cal que refresque y desinfecte el cuarto donde sueño y guardo mis tesoros que son sólo recuerdos y escritos llenos de locura, ese cuarto es mi corazón.
Mi esqueleto -ya lo dije- es de mezquite y mi piel esta curtida por el ardiente sol, los años enriquecen mi vivir ya llegará el día en que todo ea luz y llegará como un tranquilo sueño que no es otra coasa que el morir.
Discretamente me preguntan si tengo miedo y sin ceramente digo que no, pero no tengo prisa en morir, sería imbécil no aceptar lo inexorable, al contrario, tengo la curiosa sinceridad de la dicha de, por fin, conocer la Verdad.
l.a.p.
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