Me gusta leer, aunque no ha leído lo suficiente para sentirme un hombre culto, pero las páginas de los libros, de loa periódicos, de las revistas he aprendido un poco de la naturaleza humana; no, no leo psicología, la mente y el corazón de los hombres me enseña más, me enseña lo hechos, los actos, no me importa cómo se llamen esas actitudes.
En las páginas del corazón del hombre he leído las más aterradoras historias, he sido testigo de las consecuencias de la magalomanía, de la ignorancia, de la estulticia; pero reconozco que también he leído en el corazón del hombre historias maravillosas, bellas que han sido mi ejemplo y me han permitido seguir adelante.
He padecido traiciones, pero también han sido más los goces del amor. ¿He traicionado? No, lo digo con sinceridad, pues nunca ha sido mi meta lo material. Sólo se traiciona por avaricia, por ambiciones de alcanzar un lugar en la política o en lo social.
Es cierto que mi vida no ha sido ejemplar, pero, afortunadamente, me he mantenido a flote.
"La felicidad no hacer lo que quiero sino en querer lo que hago" dice una de las muchas definiciones de cómo vivir bien, sin cargos de conciencia y eso me ha dado una riqueza enorme por las muestras de afecto de los alumnos que pasaron por mis aulas.
Dios los bendiga atodos.
l.a.p.
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