miércoles, 10 de agosto de 2016

Oigamos a nuestros corazones.

Ven, acércate, dame tu mano;
escucha, sólo calla y escucha.
Oigamos a nuestros corazones
en tanto nuestros labio se besan.
Este es el coloquio del amor:
silencio y caricia, nada más.
Nada más elocuente que na mirada;
nada más sincero que un corazón acelerado;
nada más tierno que un labio trémulo
-uno tuyo y otro mío-
uniéndose en un grito callado.
Toma mi mano y guíame
por el sendero que sólo tú conoces:
el de tu soledad y tus deseos.
Déjame caminar a tu lado
y nuestras soledades harán, por fin,
una hermosa compañía.
Sólo un instante, un momento,
pero que tenga la intensidad
de lo que pudo haber sido
en toda una vida.

------------------------------------------------

No hay comentarios.:

Publicar un comentario