He transitado durante años el mismo camino
tratando de hendir la reja de mi arado
en la fértil y virginal tierra de mi campo.
Mi voz regresa a mí como un eco: vacía,
rebota en los acantilados de cantera de la indiferencia.
Tal vez mi voz sea hueca,
ls manceras de mi arado no saben guiar la reja,
manceras que yo llevo asidas.
Mi voz no tiene eco porque, dicen, ya no tiene
la vitalidad de la juventud y las pocas líneas que he leído
no han servido, tal vez leí las líneas equivocadas.
Sí, debo reconocer que soy anacrónico y cursi.
Las verdes esmeralda de mis antiguas esperanzas
han ido opacadas por la fuerza inexorable
de quienes las dejaron solas en el fondo de mi viejo
y ajado cofre de mi corazón.
Seguiré mi camino, seguiré y seguiré cargando esperanzas,
continuaré asido a mi arado, ta vez logre aprender
a romper la corteza de esos campos,
tal vez,siempre un tal vez esperanzador- de que el fulgor
de mis opacas esmeraldas puedan despertar el deseo
de esquivar la mirada de la hipnótica pantalla
y esos virginales ojos violen la magnificencia
de las páginas de un libro.
-------------------------------------------------------l.a.p.
😊
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