¡Qué imbécil!
no lo niego, soy un imbécil.
A quién se le ocurre,
con los años que llevo encima,
soñar despierto
como un adolescente?
Abrigo esperanzas
como si el tiempo que me queda
fuera suficiente para lograrlas;
sí, soy un imbécil,
así nací y así seguiré
hasta el último de mis días.
Si no fuera por las ilusiones
y las esperanzas y los sueños,
la vida no tendría sentido.
¡Qué bueno que soy un imbécil!
------------------------------------------------------l.a.p.
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