Me arrellano en el sillón
y cierro los ojos para ver el paisaje
de un largo, muy largo viaje.
Ha sido una lerga y penosa jornada,
muchos lugares quedan borrosos en la memoria,
sin embargo algunos están vívidos
aunque hayan sido casi simultáneos.
Floridos valles, escabrosas colinas,
accidentados senderos y cómodas llanuras
en las que el camión del tiempo se deslizó suavemente.
También recuerdo las clásicas tardes veraniegas
con una refrescante y escandalosa lluvia fugaz.
¡Qué hermosas tardes!
El barómetro espiritual se ve afectado
y señala nostalgia y melancolía.
También hubo nubarrones de tormenta,
sismos, huracanes que me arrancaron de raaíz
y el viento me arrojó por lejanos y distinto
parajes.
Hubo que retomar el camino para...¿volver?
No, para seguir adelante.
Los comienzos de arco iriss; las excelentes cumbres
han quedado en el olvido...¡Ah, cuánto sueño inútil!
Ahora el camino es lento porque el final está cerca
y me doy tiempo para arrellanarme en el sillón
y cerrar los ojos para ver el paisaje.
-----------------------------------------------------------------------l.a.p.
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