No puedo negar lo que soy,
seco como la tierra mía,
soy como la flora de mi cuna,
aparentemente seca y espiosa
pero bastan unas gotas
para que en el alma brote una rosa.
Soy de aquí
donde el maguey se roba el sol
para que de su corazón destilado
mane el jugo azucarado
done nace el estimulante sotol.
No sé de playas ni de puertos,
sólo conozco la belleza
de los cielos su pureza
que cubre a mi desierto.
Ser de San Pedro es mi orgullo
y ahí quiero terminar,
donde aprendí a ser suyo
y, lo más hermoso,
aprendí a todo amar.
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