jueves, 16 de abril de 2015

Bajaremos el tono.

Aunque he leído blogs verdaderamente obscenos no quiero caer yo en ello, por lo tanto, mis chascarrillos bajaran de tono y continuremos con temas verdaderamente serios.

Hay una anécdota de Oscar Wilde, todoss sabemos que tenía su amante que era el hijo de quien promovió el box como deporte oficial y público; bien en una ocasión en que Oscar Wilde salía de una de las presentaciones de sus obras, el viejo padre de su novio lo esperaba con un cucurucho lleno de excremento y se lo ofreció. Oscar lo tomó con parsimonia, lo vio y le dijo:
-Muchas gracias, cada vez que lo huela pensaré en usted.

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