viernes, 24 de abril de 2015

Las escuelas no educan.

Dice un viejo refrán: "La educación se mama" y es cierto.
En 1926 la institución encargada de las escuelas se llamaba "MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA, pero pusieron a cago a José Vasconcelos y le cambió el nombre por "Secretaría de EDUCACIÓN Pública", craso error, veamos por qué y lo dijo alguien que sí sabe, Fernando Savater, en su obra "El valor de educar". Citaré textualmente sus palabras (pág.50) "...lo que separa la educación propiamente dicha por un lado y la instrucción por otro. Cada una de las dos era ejercida por una figura docente específica, la del pedagogo y la del maestro. El pedagogo era un fámulo que pertenecía al ámbito interno del hogar y que convivía con los niños o adolescentess, instruyéndolos en los VALORES DE LA CIUDAD, FORMANDO SU CARÁCTER Y VELANDO POR EL DESARROLLO DE SU INTEGRIDAD MORAL. En cambio el maestro era un colaborador externo a la familia y se encargaba de enseñar a los niños una serie de conocimientos instrumentales como la lectura, la escritura y la aritmética. El pedagogo era un educador y su tarea se consideraba de primordial interés, mientras que el maestro era un simple instructor y su papel estaba valorado como secundario." (...)

Los que tenemos algún tiempo trabajando en escuelas, especialmente secundaria y preparatoria, podemos darnos cuenta de cómo es la familia de los alumnos observando su comportamiento lo que llamamos "buena educación": saluda, cumple con sus tareas, se despide, no interrumpe la clase, pide las cosas 'por favor', dice 'gracias y con permiso'; desgraciadamente el porcentaje de este tipo de alumnos no es muy alto y menos si su nivel económico es bueno y reciente (en el rancho les decimos 'piojos resucitados': El que nunca ha tenido y llega  tener, loco se quiere volver)

Debemos recordar que las personas valen no por lo que tienen, sino por lo que hacen.

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