jueves, 30 de abril de 2015

Evaluación.

Nuestro idioma es riquísimo y aparte de sus homófonas y homónimas palabras y saber las partes de la oración, cosas sencillas como: ¿qué es el artículo y cuántos hay? sustantivos abstractos, concretos, adjetivos, adverbios, la conjugación en todos sus modos y tiempos, cuánto tipos de verbos hay... en fin, lo que cualquiera que haya terminado la primaria lo sabe. "Si todo un pueblo entiende lo mismo con la misma palabra, se acepta en la epidemia de la lengua...", tenemos muchas muy interesantes, pero dos de ellas me llaman la atención porque pueden ser cualquier parte de la oración, excepto artículo, conjunción y preposición. 1°. CHINGAR y sus derivados que pueden ser todo lo anterior y lo mismo 2° MADRE; incluso son antónimos: Cuánto tiene? ¡Un chingo!; cuánto tiene? Pura chingada; cómo es? A toda madre; cómo es? Vale madre... y así sucesivamente y cualquier mexicano las entiende y las usa continuamente: para ofender, para elogiar, para todo, por lo tanto: Se necesita ser muy chingón para aprenderse todo el chingo de reglas que tiene la chingada gramática, aunque a mí siempre me valió pura chingada. Cambiemos chingada por madre y resulta lo mismo. ¿Verdad que es a toda madre, saber el madral de términos que usamos y que a veces nos vale madre y no entendamos ni madre? No aprendan gramática, ni geografía, ni historia, ni filosofía, ni ética porque pierden la oportunidad de llegar a ocupar un alto cargo gubernamental, no importa que no "haigan" aprendido, el título tiene precio y a "nadien" le importa eso; vivimos en un país en donde impera el más grande de los conceptos para una verdadera organización social y política: "Tanto tienes -sobre todo si es robado-, tanto vales; nada tienes -aunque seas honrado y honesto... tal vez por eso no tienes-, nada vales."

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