Iban una monjitas en su "combi"cuando de pronto se paró, ahí están viendo, pero pues no se compone con miradas. En eso pasó un automovilista caritativo y se detuvo:
-Qué le pasa? hermanas.
-Ay, señor, pues quién sabe, simplemente se paró y ya.
El automovilista revisa y les dice:
-Es que se les acabó la gasolina.
-Válgame, Dios! -exclama la superiora- Hermana Engracia a ustede le tocaba echarle.
-Es que creí que le tocaba a la hermaana Sor Rosario de 10 misterios.
El automovilista sonrió comprensivo.
-No importa, yo les doy gasolina para que lleguen al próximo pueblo, pero no traigo recipiente, ¿no traen algún bote o algo así?
-Ay, pues no...
Luego la hermana Rosario de los 10 misterios dice:
-Madre superiora, en su bacenilla.
La madre se ruborizó: -Ay, hermana cómo se le ocurre!
-No importa, es un recipiente y con eso basta. Total que la madre, tapándose la cara con una mano le entrega la bacenilla, el automovilista la llena, pero cuando iba a echársela al tanque, la madre superiora le dice:
-Ay, no, por favor, ya es mucha la vergüenza, nosotras se la echamos.
-Bueno, como quieran. Que Dios la bendiga -dijo el automovilista y se fue. Las monjitas están vaciando la bacenilla en el tanque de la "combi" cuando pasa un trailero y las ve y exclama:
-¡Esa es fe, no chingaderas!
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