Me arellano en el sillón y cierrro los ojos para ver el paisaje de un largo, muy largo viaje.
Ha sido una larg y penosa jornada, muchos lugares quedan borrosos en mi memoria, sin embargo, algunos están vívidos, aunque hayan sido casi simultáneos.
Florido valles, escabrosas colinas, accidentdos senderos y cómodas llanuras enlas que el camión del tiempo se deslizó suavemente.
También recuerdo esas clásicas tardes veraniegas con una repentina, refrescate y escandalosa lluvia fugaz.
¡Qué hermosas tardes!
El barómetro espiritual se ve afectado y señala nostalgia y melancolía.
También hubo nubarrones de tormenta, sismos, huracnes que me arrancaron de raíz y el viento me arrojó por lejanos y distintos parajes.
Hubo que retomar el camino para... ¿volver? ¡No, para seguir adelante!
Los comienzos de arco iris; las excelsas cumbres han quedado en el olvido... ¡Ah, cuánto sueño inútil!
Ahora el camino es lento porque el final está cerca y me doy tiempo para arrellanarme en el viejo sillón y cerrar los ojos pra ver el paisaje.
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